
En entradas anteriores ya hemos hablado de cómo elegir el profesional de confianza y de cómo decidir qué Plan de Tratamiento necesitas. Llegados a este punto, ya conocemos el estado de salud de nuestra boca y el tratamiento necesario para restituirla. Pero, al volver sobre los presupuestos, encontramos de nuevo diferencias importantes para un mismo diagnóstico, materiales y procedimientos.
¿Por qué existen diferencias en el precio para un mismo tratamiento dental?
En España no hay precios establecidos por el Estado o por los Colegios de Odontólogos para los tratamientos dentales. Cada profesional cobra lo que necesita para mantener la actividad de su clínica y una remuneración por su trabajo que define bajo sus propios criterios. Los odontólogos tenemos una serie de riesgos y costes reales y potenciales al ejercer nuestra profesión, que incluyen algunas consideraciones abstractas o intangibles, que nos exigen mantener una actitud cuantitativa a la hora de valorar el precio de nuestros tratamientos.
La identificación y análisis de los costes de la actividad es un estudio obligado para un profesional de cualquier rama, cuanto más si hablamos de salud. Esto determina no solo el precio del tratamiento, sino también la calidad y cantidad de recursos necesarios para hacerlo viable y, con ello, el resultado del mismo.
Cuántas veces hemos aceptado presupuestos, con bajas temerarias en los precios, y cuántas de ellas hemos obtenido lo que esperábamos al contratar el servicio. Yo nunca, es algo que solemos aprender por las malas.
No nos equivoquemos: un profesional que continuamente trabaja por debajo de sus costes no asume las perdidas. Las repercutirá en la calidad de los materiales, en la formación y capacitación profesional, en el estado de sus herramientas, y en cualquier otro concepto en el que pueda arañar un precio más bajo para suplir las perdidas.
Pero es más, cuando esta forma de trabajo ya ha originado un problema económico profundo en su modelo de negocio, el dinero que tú le entregas no lo destina al servicio que le has contratado. Se emplea en “tapar agujeros”, tratando de mantenerse a flote en una huida hacia delante.
El resultado es siempre un desastre, y un problema no solo para él, sino también para ti. Ahora tendrás que solucionar la necesidad que tenías al contratar sus servicios acudiendo a otro profesional, y afrontarla sin poder contar con el desembolso que ya has hecho.
¿Qué pasa cuando este problema lo trasladamos al campo de la salud dental? Nuestra boca tiene una capacidad de regeneración extraordinaria, y hoy en día contamos con procedimientos, técnicas y materiales para lograr devolverte su funcionalidad. Sin embargo, debes tener presente que será una solución artificial, que restituirá en lo posible tu salud, y a cambio te exigirá un mantenimiento. Estará sujeta a periodos de garantías, la durabilidad será limitada, y tanto la tasa de éxito/fracaso como la duración del tratamiento dependerán en gran parte de tu respuesta orgánica y de tu compromiso con su mantenimiento.
Porque en odontología, como en todo, las soluciones no son para siempre, ni siquiera en el caso de los implantes dentales, aunque exista una creencia bastante extendida de que son para toda la vida. Los implantes dentales son unos tratamientos excelentes, que recuperan la funcionalidad y el confort de tu boca, con una vida media de utilidad muy alta, pero también necesitan reposición con el tiempo.
Por ello, no me cansaré de insistir en estas entradas, los implantes dentales no sustituyen un diente sino una ausencia de una pieza, perdida o sin posibilidad de conservación.
¿Debemos de huir y rechazar los presupuestos excesivamente bajos?
La respuesta, en principio, es no. Para empezar tu atención la habrán captado, esto es innegable, así que te lo vas a plantear como opción, pero tienes que mantener una actitud crítica. No caigas en ninguno de los errores que ya te has propuesto no cometer al decidir tu Plan de Tratamiento: no valen tratamientos estandarizados, ni omitir procedimientos necesarios, ni sobretratar o perder piezas o tejidos que se puedan conservar.
Esto ya lo hemos dejado atrás, partimos de la base de que conoces lo necesitas y lo que no. En ese presupuesto tiene que estar presentes todas las partidas necesarias, sin añadir ni omitir ninguna.
Ahora solo te toca plantearte si es viable acometer tu Plan de Tratamiento a ese precio. Cuidado con los trucos comerciales, no hay descuentos, ni bonificaciones, ni subvenciones privadas que te garanticen un buen resultado en un tratamiento dental trabajando por debajo de los costes.
Ocurrirá lo que ya hemos comentado antes: mientras la clínica se mantenga activa tendrán que seguir atendiendo las necesidades o complicaciones que se deriven de los procedimientos que te han realizado. Pero cuando los tratamientos previstos superen los tratamientos reclamados, cerrarán, y tu boca se quedará en el estado en el que se encuentre en ese momento.
Si has firmado un préstamo vinculado al tratamiento, y alguna fase alguna fase del mismo se queda sin acometer, por tu decisión o la de la clínica, tendrán que reembolsarte el importe correspondiente. Si tu reclamación es por un procedimiento mal ejecutado tendrás que recurrir a los tribunales y demostrar la mala praxis.
No pierdas de vista que los préstamos vinculados a los tratamientos son una garantía de que el tratamiento se realice, no de hacerlo correctamente.
Dejando a un lado el “mal hacer”, los odontólogos podemos conocer perfectamente nuestros costes, repercutirlos en nuestros tratamientos y tener estos precios muy distintos de un profesional a otro, dependiendo del modelo de clínica que se haya constituido.
Sin intención de aburriros haciendo un análisis de costes, hay algunos conceptos que dejan ver con facilidad como pueden influir aumentando o disminuyendo el precio:
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- Ubicación de la clínica: No es lo mismo en esté situada en el centro del casco urbano a que lo esté en el cinturón de una ciudad. Tampoco es lo mismo que esté en régimen de alquiler o que el local sea en propiedad.
- Tamaño de la clínica: ¿Franquicia o negocio profesional? Los costes corrientes no son las mismos.
- Experiencia profesional: Una persona con varios años de experiencia y con altos conocimientos acreditados garantiza, de entrada, unos altos estándares de calidad en el tratamiento. De su experiencia y destreza dependerán, en gran medida, los resultados. Debe entenderse con facilidad que la remuneración por su trabajo sea mayor que la de un profesional que carece de ella.
- Formación continua: Aunque puede que este concepto sea más abstracto, repercute igualmente de una manera directa sobre el precio, y lo hace igualmente de la mano de la calidad de los tratamientos. El sector de la odontología está inmerso en plena transformación digital. El conocimiento avanza a una velocidad muy alta, los procedimientos y las técnicas tradicionales cambian de manera radical, y continuarán haciéndolo durante toda nuestra vida profesional. Por tanto, es fundamental la actualización permanente de nuestros conocimientos. Ofrecerte las técnicas menos invasivas, los materiales más biocompatibles y los procedimientos más precisos durante las intervenciones, llegando hasta donde la tecnología y la ciencia nos permita en cada momento.
- Instalaciones y equipamiento de la clínica: Se necesita un espacio adecuado y unas instalaciones mínimas para hacer un tratamiento completo. La mayoría de las clínicas contarán con ello, pero habrá diferencias importantes en el equipamiento. Por ejemplo: si nos fijamos en los equipos de radiología encontrarás clínicas que dispongan de un TAC, otras de un Ortopantógrafo, y otras únicamente de Rayos Intraorales. Puede, además, que algunas que continúen revelando las placas, en lugar de contar con captadoras digitales.
- Horarios de consulta: Una clínica que abre al medio día o con la implantación de un servicio de urgencias durante fines de semana y vacaciones. Al menos, deberán tener un servicio de atención telefónica habilitado para poder consultar una urgencia
- Calidad de los materiales que utiliza y técnicas empleadas: ya hemos hablado de ello en artículos anteriores. Puedes saber más pinchando aquí.
- Acuerdos con proveedores.
- Laboratorio dental propio o externo.
Es posible que todavía te queden algunas dudas por plantear y que te gustaría resolver antes de tomar la decisión más adecuada. Déjanos un comentario o ponte en contacto con nosotros a través de nuestro correo electrónico o número de teléfono y atenderemos todas tus consultas.